Con sus plumas brillantes bajo el sol, vuela fugaz de flor en flor, el colibrí. Esta pequeña ave, de la familia Trochilidae, exclusiva del continente americano y compuesta por 108 géneros y 322 especies conocidas, es uno de los polinizadores más importantes de la flora nativa. Se distribuye desde Alaska a Tierra del Fuego, pero la mayoría de especies habita en latitudes tropicales y subtropicales.
La Cultura Maya cuenta que este animal fue creado por los dioses para una misión muy importante. Según su leyenda, los dioses crearon todas las cosas en la Tierra y dieron a cada animal, a cada árbol y a cada piedra un trabajo. Al terminar su tarea, notaron que no había nadie que llevara los deseos y pensamientos y, como ya no tenían barro ni maíz para crear otro animal, tomaron una piedra de jade. Con ella, tallaron una flecha muy pequeña que, cuando estuvo lista soplaron sobre ella. La pequeña flecha salió volando cobrando vida. De esta manera, los dioses habían creado al x ts’unu’um: el Colibrí. También le destinaron un trabajo: llevar de aquí para allá los pensamientos de los seres humanos. Por esto, si ves un Colibrí, es un mensaje de amor y cariño de parte de alguien que está pensando en ti, ya sea de esta tierra o del más allá.
El pueblo Hopi de Arizona considera al colibrí un héroe que salva a la humanidad del hambre, ya que creen que su relación con los dioses garantiza la germinación y el crecimiento. Para los Tukanos de Colombia, representa la reproducción por el hecho de que estas aves “copulan” con las flores. Los Aztecas creen que las almas de los guerreros que morían retornaban a la tierra en forma de colibríes o mariposas.
Para las culturas amerindias, el colibrí es un animal de suma importancia que simboliza la belleza, la armonía, la verdad y la fuerza. Asimismo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) considera nueve especies de colibríes en peligro crítico y otras veinte en peligro y vulnerable. Las mayores amenazas a su preservación son la destrucción, degradación y fragmentación de hábitats.
Para nosotros el colibrí es un símbolo de la polinización de los Derechos de la Madre Tierra y la Naturaleza en Abya Yala ya que, como bien saben las culturas originarias de América, a través de la polinización, cumple una función primordial dentro de la red de la vida y la interrelación entre todos sus componentes. Las flores proveen el néctar del que se alimentan los colibríes, y estos a su vez, trasladan el polen hacia otras plantas para que ellas puedan reproducirse. Así se sostiene y regenera la trama vital, a partir de la ayuda mutua entre todos los seres vivos.
